16 mar 2012

RESILIENCIA

        La importancia de la fortaleza interior
          


La fortaleza interior es la fuerza y el vigor necesarios para poder afrontar las adversidades y además salir fortalecido de ellas. A este tipo de fortaleza se la conoce hoy en día con el nombre de RESILIENCIA. Resiliencia es la valentía de florecer pese a estar ante las circunstancias más terribles.





Las personas resilientes tienen mayor equilibrio emocional para manejar adecuadamente las situaciones de estrés, ansiedad, desesperanza, frustración, miedo... Esto les permite fortalecer su autoestima ya que aumenta la confianza en sí mismos. Sienten que su vida y su estado anímico no dependen de las circunstancias que les rodean, sino de cómo valoren esos acontecimientos.  Ya lo decía Epicteto, el hombre no se siente perturbado por las cosas que le suceden, sino por la interpretación que hacen de lo que les pasa. Esto genera una sensación de autocontrol frente a los acontecimientos y una mayor capacidad para afrontar retos (Instituto Español de Resiliencia).

"Cuando no podemos cambiar la situación a la que nos enfrentamos, el reto consiste en cambiarnos a nosotros mismos"
Viktor Frankl
       

La historia de Helen Keller es un ejemplo de cómo la fuerza interior, el afán de superación y la actitud adecuada, sirven como ingredientes suficientes para poder afrontar las adversidades más terribles. 

Helen Keller nació en Alabama, Estados Unidos, en 1880. A los 19 meses de edad contrajo una enfermedad que le causó sordoceguera y le incapacitó para poder hablar. 

A pesar de sus discapacidades, cuando Helen cumplió los 7 años, había inventado un repertorio de más de sesenta señas diferentes para comunicarse con su familia. Sin embargo, Helen se convirtió en una niña muy consentida y caprichosa. Con su carácter incontrolable y sus rabietas tenía a toda su familia aterrorizada y desesperada. 

Fue entonces cuando sus padres solicitaron los servicios de una institutriz llamada Anne Sulllivan, que con tan solo 20 años, consiguió educar a Helen a través del uso de la disciplina y el cariño. Le ayudó a crear una forma de comunicarse con los demás, basada en el método Tadoma. Este método consiste en leer de forma táctil los labios del hablante y sentir las vibraciones en su garganta cuando habla. Para que aprendiera a escribir, Anne Sullivan creó un tablero especial donde podía formar letras escribiendo con un lápiz.




Helen fue a la escuela de Cambridge para señoritas y en 1900 entró en la Universidad de Radcliffe, no sólo siendo la primera persona sordociega en licenciarse sino graduándose cum laude.

Aprendió alemán, francés, latín y griego con el método Braille. 

Durante su estancia en la universidad Helen comenzó a escribir un libro sobre su vida. A partir de ese momento, publicó numerosos artículos y escribió 11 libros.

Años más tarde, Helen y Anne, viajaron por todo el mundo ofreciendo conferencias sobre el poder de la fuerza de la voluntad basándose en sus propias experiencias. “Podemos hacer lo que deseemos si lo intentamos lo suficiente”, solía repetir con énfasis y optimismo en sus numerosas charlas. Helen se convirtió en una famosa oradora gracias a que Anne interpretaba cada palabra de cada uno de sus discursos. 

Helen se dedicó a recolectar dinero y hacer diversas campañas a favor de la lucha por los discapacitados sensoriales. En 1915 fundó la Helen Keller Internacional, una fundación para la investigación y prevención de la ceguera. Gracias a su entusiasmo, perseverancia y tenacidad, se mejoraron sustancialmente las condiciones de las personas aquejadas de este tipo de discapacidad.

Helen, en 1964, recibió el galardón de de la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor premio estadounidense para ciudadanos de a pie. Un año más tarde fue seleccionada para el “Salón de la Fama” en Nueva York. 

En 1968, Helen muere a la edad de 88 años después de treinta años de la muerte de su amiga y profesora Anne.

He aquí un ejemplo increíble de fortaleza interior y afán de superación. Tanto Helen como su famila y, por supuesto  Anne, decidieron no resignarse con el destino que les había tocado. Pese a las terribles y desgraciadas circunstancias, fueron capaces de luchar para seguir adelante. Ya lo decía William Shakespeare,

 “El destino reparte las cartas pero somos nosotros quienes las jugamos”

Ante los hechos que nos acontecen, tenemos la capacidad de decidir qué podemos hacer ante ellos.

“Cuando mi sufrimiento aumentó, me di cuenta de que sólo había dos maneras de afrontar la situación: reaccionar con amargura o transformar este sufrimiento en una fuerza creativa. Y elegí este último camino.”

Martin Luther King

La capacidad de resiliencia se consigue con la aceptación de los hechos. Pero aceptación no significa rendirse ni cruzarse de brazos. Aceptación es asumir lo que ha sucedido y mirar hacia adelante para concentrar todas mis energías en descubrir qué es lo que puedo hacer a partir de ahora, en vez de gastar energía y esfuerzos en pensar cómo podrían haber sido las cosas sobre las que ya no tengo ningún control.

La fuerza interior consiste en aceptar, desde la serenidad, lo que no puedo cambiar porque no depende de mí, en tener la valentía para transformar lo que sí puedo cambiar y en ser sabios para poder ver la diferencia.

Para lograr una mayor compresión de esta gran virtud y cualidad de ser resiliente citaremos textualmente a Alex Rovira que dice:

“Quizá el verdadero poder que nace del querer no radica en lo aparente, lo ostentoso, lo externo, y no es una simple cuestión de fuerza física, ingenio, riqueza o inteligencia.

Hay algo mucho más importante que tiene que ver con la fuerza interior.
    
El verdadero poder surge de lo más profundo del alma de cada ser humano; es aquella fuerza que nos hace afrontar los retos; levantarnos después de caer una mil y veces; luchar por una causa justa o necesaria; no perder nunca la esperanza; perseverar; dar una lectura constructiva a todo cuanto nos sucede, celebrar y agradecer cada instante de la vida; poner al mal tiempo buena cara; trabajar el corazón por un futuro mejor para todos; avanzar sin miedo; entregarse a cada desafío de la vida con coraje, responsabilidad, humildad y confianza”







A continuación mostramos, a través de un video, otro ejemplo de resiliencia para ilustrar gráficamente esta importante fortaleza que todos podemos cultivar a base de constancia, esfuerzo, motivación, confianza e ilusión.

CAERSE ESTÁ PERMITIDO, LEVANTARSE ES OBLIGATORIO



1 comentario:

  1. con permiso os dejo un video de un programa llamado el hormiguero en el que de vez en cuando colabora el doctor Mario Alonso Puig
    habla sobre Helen y Anne
    --> http://www.antena3.com/videos-online/programas/el-hormiguero/hay-que-mirar-futuro-optimismo_2012022200163.html

    =)

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