Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
Locke, John
Locke, John
Un individuo iba paseando por el campo y se encontró un pastor.
Por empezar una conversación con él, lo saludó y le preguntó:
- ¿Qué tiempo creéis que tendremos hoy, buen hombre?
- ¿Qué tiempo creéis que tendremos hoy, buen hombre?
Y el pastor le contestó:
- El tiempo que yo quiero.
- El tiempo que yo quiero.
El otro, lógicamente, se quedó extrañado de la respuesta y le dijo:
- ¿Y como estás tan seguro que hará el tiempo que tu quieres?
- ¿Y como estás tan seguro que hará el tiempo que tu quieres?
Y aquí el pastor le explicó su teoría:
- Mira. Cuando me di cuenta que no siempre puedo tener lo que quiero ...
... aprendí una cosa que siempre me ha sido muy útil.
¡Querer siempre lo que tengo!
Por esto estoy tan seguro que hará el tiempo que yo quiera
- Mira. Cuando me di cuenta que no siempre puedo tener lo que quiero ...
... aprendí una cosa que siempre me ha sido muy útil.
¡Querer siempre lo que tengo!
Por esto estoy tan seguro que hará el tiempo que yo quiera
No hay comentarios:
Publicar un comentario